Iglesia PdD

HISTORIA IGLESIA PDD

El pastor Sergio Alfaro y su esposa Pamela Arzola, fueron comisionados a abrir una nueva congregación en la comuna de La Florida cuando formaban parte del equipo pastoral de la Iglesia «Tiempo de Dios», ubicada en el centro de la comuna de Santiago. Este proyecto se concretó a fines de febrero del año 1998, cuando se iniciaron los servicios y actividades en un local arrendando en el paradero 14 de Avenida Vicuña Mackenna. Esta congregación empezó a experimentar un crecimiento rápido y sostenido, como prueba del respaldo divino que estaba teniendo. A causa de este progresivo crecimiento, la congregación se trasladó a un local mucho más amplio en el paradero 11 de Avenida Vicuña Mackenna en septiembre del mismo año. Después de varios años de arrendar este local, Dios no solo permitió adquirir un gran terreno en diciembre del año 2009; sino que también proveyó de manera milagrosa para construir el templo que hoy nos permite reunirnos para adorar a Dios, instruirnos en el conocimiento de las Sagradas Escrituras y crecer como Iglesia, en claro cumplimiento de lo que dice la Biblia en el libro de Salmos, capítulo 68, versículo 6: «Dios hace habitar en familia a los desamparados.»

Los Tres Pilares de Pueblo de Dios

Si hoy la congregación se encuentra establecida en un terreno y un templo propio, con un ministerio consolidado apoyado por un gran equipo de voluntarios, comprometidos con la Iglesia y con la misión de alcanzar a muchas personas con el mensaje del Evangelio; es gracias a que ha seguido tres principios o valores fundamentales, que son verdaderos pilares sobre los cuales Dios ha permitido la edificación de esta congregación:

1. Presencia de Dios

La presencia de Dios es el punto de partida fundamental para todo lo que hacemos hoy y para todo aquello que trasciende al futuro. Entendemos que no se puede avanzar en ninguna dirección si la presencia del Señor no está con nosotros. Queremos ser siempre buscadores incansables de la presencia de Dios.

2. Fe

Hemos aprendido que la fe en Dios es más valiosa que el oro, pues, no se puede conseguir o alcanzar nada en esta vida sin la fe absoluta en Dios y en sus promesas. Somos una congregación que desde sus inicios ha confíado plenamente en Dios, en sus promesas, en sus estrategias y en sus maravillosos planes y propósitos. Somos lo que somos porque tenemos nuestra fe puesta en Dios.

3. Generosidad

Dios es el primero en dar, el primero en abrir su mano para compartir sus bendiciones con generosidad a todo aquel que quiera recibirlas. Prueba de ellos es que Dios dio a su Hijo unigénito en rescate del mundo entero, y con él ha dado todas las cosas a su Iglesia. Por lo cual, somos una congregación que ha aprendido a dar, a ser siempre generosa. Todo lo que se puede ver hoy es producto de esa notoria y abundante generosidad. Nos alegra compartir de lo mucho que Dios nos ha dado.

PUNTO DE PARTIDA

Todo lo que realizamos,
y lo que nos define
como iglesia,
viene definitivamente
de la búsqueda constante
de la presencia
de Dios.
Creemos que
si Dios está con nosotros,
tendremos la fuerza
para avanzar
y la correcta motivación
para crecer.
Esta búsqueda
nos permite
ser una iglesia:

ALEGRE

Expresamos con claras demostraciones de alegría nuestra profunda gratitud hacia Jesús por todo lo que ha hecho en cada uno de nosotros. Disfrutamos la vida y nos alegra expresarlo, a través de un saludo afectuoso o una sonrisa amigable. La nueva vida en Cristo hace brotar la alegría en nuestras vidas.

AUTÉNTICA

No queremos que nuestros hechos desmientan nuestras palabras, más bien queremos dar evidencia indesmentible de nuestra decisión de ser seguidores de Jesús. Queremos ser una comunidad honesta y transparente, no ocultando nuestra evidente imperfección, sino mostrando nuestro genuino deseo que la obra que Jesús comenzó en nosotros, Él mismo, día a día, la perfeccionará.

INFLUYENTE

Nuestra acción e influencia como iglesia no tiene límites, pues al impactar vidas, impactamos comunidades enteras. Queremos ser aceptados y reconocidos por nuestra comunidad a causa del apoyo espiritual significativo y de nuestro compromiso con el servicio desinteresado. Miramos más allá de los límites de nuestras paredes.

FACILITADORA

Todo nuestro servicio voluntario esta enfocado en dar respuestas y no generar dificultades. En mostrar el camino antes que impedirlo. Todo nuestro trabajo y esfuerzos tienen como objetivo apuntar a lo más elemental de nuestra fe, sin ningún tipo de distracción.

RECONCILIADORA

Trabajamos para llevar el mensaje del amor de Dios a todas las personas. Este mensaje lo entregamos a la comunidad cercana a nosotros mediante actividades evangelísticas y a las comunidades lejanas, a través del trabajo misionero. Queremos llevar esta buena noticia: Por medio de Jesús, Dios perdona los pecados y hace las paces con todos.

COMPROMETIDA CON LA EXCELENCIA

No nos conformamos con solo hacer bien las cosas; buscamos la mejor manera posible de brindar nuestro servicio; por ello, estamos comprometidos con la formación y capacitación de nuestros voluntarios para mejorar nuestro trabajo. Permanentemente procuramos la excelencia, porque creemos que Dios y quienes reciben nuestro servicio merecen lo mejor de cada uno de nosotros.